A Folga de 1901 na Coruña, na prensa: “La Correspondencia Gallega” – Pontevedra (I)

O xornal “La Correspondencia Gallega”, de tendencia conservadora, que era publicado na época na cidade de Pontevedra, non recolle ata o luns 3 de xuño de 1901, os feitos acontecidos na Coruña a finais de maio a raíz da Folga de empregados de Consumos.

Dun xeito cronolóxico, aínda que con evidentes erros respecto da orde de algúns dos feitos acontecidos, o xornal vai facendo un percorrido polos sucesos dende a convocatoria de folga dos “consumeiros” ata a violenta represión da movilización obreira:

Los sucesos de la Coruña

Antecedentes
El miércoles volvió a plantearse en la Coruña la huelga de los dependientes de consumos por no haber accedido la empresa a aumentar el sueldo a los aforaderos y volantes.
Habían dado los agentes un plazo a los arrendatarios para acceder a sus pretensiones, que terminó en dicho día.
Alegaban los dependientes que con ellos tiene el arriendo número bastante para la inspección del impuesto, y añadían que la ida de los andaluces no tenía otro objeto que el de sustituir, más tarde o más temprano, a los que estaban al servicio de la administración.
Los empleados de consumos al ver que los empresarios no querían acceder a sus pretensiones, determinaron continuar la huelga iniciada el miércoles, y apelar a todos los medios para impedir que los empresarios colocasen nuevos empleados.

Vigilancia
El gobernador civil y el alcalde de la Coruña, en vista de la huelga de los dependientes, mandaron a los fielatos a ejercer la vigilancia fuerzas de la guardia civil y de policía.
También vigilaban en algunos puntos parejas de carabineros armadas.

Colisión
Como esta determinación de las autoridades echaba por tierra los proyectos de los huelguistas, ésto no sólo se contentaron con recorrer los fielatos en actitud amenazadora sino que apelaron a la violencia acometiendo a la guardia civil.
Otros elementos obreros parece que les apoyaban y que han tomado parte en el desorden.
Este fue producido por pretender los huelguistas que no prestasen servicio los nuevos empleados colocados por el arriendo para sustituir a los que abandonaron sus puestos.
Al lugar del motín llegaron inmediatamente fuerzas de la Guardia civil para restablecer el orden, pero fueron recibidos a pedradas, alcanzando a un guardia uno de los proyectiles.
De la colisión entre los huelguistas y la benemérita resultaron un muerto, siete heridos graves y cuatro leves.

Una manifestación
En el local que ocupan las asociaciones de obreros se congregaron éstos, organizándose una manifestación imponentísima en la cual, aparte de los curiosos, figuraban más de cuatro mil personas.
Después de recorrer con el mayor orden varias calles, los manifestantes se dirigieron al cementerio donde se hallan los restos del obrero muerto por la guardia civil en la refriega del jueves.
Nadie se opuso al paso de la manifestación y los que la formaban regresaron a la población sin que hubiese que lamentar contratiempo alguno.
Los obreros se proponen adquirir un nicho para que en él reposen los restos de su compañero.

Paro general
En vista de estos sucesos, han celebrado Asamblea general los obreros de todos los oficios acordando hacer un paro por tres días, en señal de protesta contra la conducta de las autoridades.
Los periódicos locales no se publicarán durante ese plazo, pues los tipógrafos también hacen causa con sus compañeros.

Junta de autoridades
Ante la gravedad de los sucesos se ha reunido la Junta de autoridades.
En esa reunión, el Gobernador civil declaró que considerándose impotente para mantener el orden con las fuerzas de que dispone, había llegado el caso de resignar el mando en la autoridad militar.
La Junta consideró atendibles las razones expuestas, acordando declarar el estado de guerra.

El estado de guerra
Declarado el estado de guerra en la Coruña, el capitán general de Galicia, Sr. Lachambre, dio con este motivo un bando enérgico.
El ministro de la Guerra después de dar cuenta al jefe de gobierno de la determinación del general Lachambre, comunicó a éste por telégrafo órdenes muy severas para que el bando militar se cumpliese con todo rigor.

Agresión a las tropas
Cuando se proclamó la ley marcial, el piquete de infantería que acompañaba a los que fijaban el bando fue apedreado por las turbas.
En la Rúa Nueva, una sección de la Guardia civil de caballería cargó contra los alborotadores, dispersándoles. La benemérita repartió gran número de sablazos.
Las turbas se rehicieron, a pesar de la acometida, continuando la pedrea con mayor violencia.
Cuando la sección de la Guardia civil cargaba sus fusiles, a un cornete se le disparó el Maüser matando una de las mulas de un coche que entraba en aquel momento en la Rúa Nueva.

La población
Patrullas de soldados, recorrían el viernes la población, prohibiendo los grupos que se formaban.
El vecindario coruñés, está disgustadísimo con los sucesos ocurridos.
Dada la excitación que reina entre los obreros, témese que ocurran nuevas colisiones.
En la Rúa Alta, en la Rúa Nueva, en la calle de San Andrés y en otras, la benemérita intimó a los grupos diferentes veces para que se disolviesen, pero inutilmente: la gente no hacía caso de las voces de la Guardia civil y seguían entorpeciendo el tránsito por la vía pública.
Cansados los jefes de advertir a los revoltosos y vista la resistencia que éstos opusieron, fue cuando cargaron sobre ellos y se generalizó la lucha.
La Guardia civil hizo numerosas descargas.

Lucha a tiros
La lucha entre militares y paisanos adquirió a última hora grandes proporciones.
Un grupo de obreros se encerró en el local de la Asociación Tipográfica y desde allí resistió el ataque de la benemérita, contestando al fuego de ésta con disparos de revolver y pistola.
Otro grupo se hizo fuerte en el Centro Obrero, sito en la calle de la Cordelería, desde donde lanzaban sobre la Guardia civil toda clase de proyectiles.
En varias calles fueron también apedreados y fogueados los guardias.

Muertos y heridos
Los sucesos de la tarde y noche del 31, tuvieron tristísimas consecuencias.
Resultaron muertos: Francisco García, de oficio albañil; el huelguista, Francisco Herrera, y Doña Josefa Corral, viuda de Santenis, a quien alcanzó un proyectil hallándose sentada en la galería de su casa. La bala se le alojó en la cabeza.
El número de heridos es grandísimo.
De los declarados graves, trece fueron curados en el Hospital; entre ellos se cuenta Encarnación Alonso, que recibió un balazo en un hombro estando asomada al balcón; Jacobo Veiga, otro balazo en el vientre y Antonio Armiñol que tiene un brazo totalmente destrozado.
Los heridos leves son muchísimos; la mayoría tiene las heridas en las piernas.

Después de la batalla
Las calles en donde durante una hora se generalizó la lucha entre los huelguistas y las tropas, ofrecen un aspecto tristísimo. En las fachadas de algunas casas, había trozos de masas encefálicas adheridas a la pared.
Los socios de la Cruz Roja circulaban por las diferentes calles de la población, conduciendo en camillas a los heridos que están asistidos por médicos civiles.
Entre aquellos se halla un capitán de Carabineros que recibió un balazo en la cabeza.
Considérase inminente la muerte de algunos de los más graves.
La población de la Coruña está consternadísima a causa de los desagradables sucesos que dejamos a la ligera reseñados.

Buque de guerra
Pedido telegráficamente a Ferrol llegó a la Coruña, enviado por el Capitán general del Departamento, el destroyer Audaz, cuyo Comandante bajó seguidamente a tierra, poniéndose a disposición de las autoridades militares.

El Ministro de la Guerra
En una conferencia telegráfica que el Capitán general de Galicia sostuvo con el Ministro de la Guerra, ordenó el General Weyler al Sr. Lachambre, que no deje sin castigo ni la menor falta cometida por los huelguistas, y que aplique con todo rigor las disposiciones del código militar.

El orden
El orden ha quedado restablecido en la ciudad herculina.
Las tropas han sido reforzadas y algunos grupos de soldados y parejas de la Guardia civil patrullan por las calles en previsión de que pudieran repetirse tan tristes acontecimientos.


La Correspondencia Gallega : diario de Pontevedra : Ano XIII Número 3413 – 3 xuño 1901, en Galiciana – Biblioteca Dixital de Galicia:



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