MEMORIA LIBERTARIA NA GALIZA

No xornal “El Áncora” publicado na cidade de Pontevedra baixo o subtítulo de “Diario Católico de Pontevedra”, os sucesos acaecidos na cidade da Coruña foron recollidos no seu exemplar do día 3 de xullo de 1901, na páxina 2.

Na primeira parte, baixo o título común de “Los sucesos de la Coruña” (hai un erro tipográfico no orixinal onde falta a letra U), o texto é o mesmo que recollía tamén na mesma data o xornal “El Eco de Orense”, como xa publicamos no post correspondente ao xornal ourensano, nesta serie de entradas de Memoria Libertaria na Galiza:

Los sucesos de la Coruña
Se han recibido telegramas de la Coruña que detallan los gravísimos sucesos ocurridos anteayer en aquella capital.
Fuerzas de la Guardia civil a caballo patrullaban las calles principales, las cuales estaban invadidas por los huelguistas y gran número de curiosos. En la Rua Alta, en la Rua Nueva, en la calle de San Andrés y en otras la benemérita intimó a los grupos diferentes veces para que se disolviesen, pero inútilmente: la gente no hacía caso de las voces de la Guardia civil y seguían entorpeciendo el tránsito por la vía pública.
Cansados los jefes de advertir a los revoltosos y vista la resistencia que éstos opusieron, fue cuando cargaron sobre ellos y se generalizó la lucha. La Guardia civil hizo numerosas descargas.
Un grupo de obreros se encerró en el local de la Asociación Tipográfica y desde allí resistió el ataque de la benemérita, contestando al fuego de ésta con disparos de revólver y pistola.
Otro grupo se hizo fuerte en el Centro Obrero, sito en la calle de la Cordelería, desde donde lanzaban a la Guardia civil toda clase de proyectiles.
En varias calles fueron también apedreados y fogueados los guardias.
De estas refriegas resultaron muertos tres obreros, siendo también víctima inocente una señora que se hallaba en la galería de su casa observando desde allí lo que pasaba. Una bala la alcanzó, matándola casi instantáneamente.
El número de heridos graves que fueron asistidos en el Hospital se elevan a trece. Hay además infinidad de individuos con heridas leves. La mayoría de éstas las tienen en las piernas. Supónese que existen todavía muchos más, ignorados hasta ahora, por haberse retirado a sus domicilios.
Entrada ya la noche quedó restablecido el orden. Las tropas patrullan por las calles en secciones.
Aquellas donde por espacio de una hora se generalizó la lucha, ofrecen un aspecto tristísimo. En las fachadas de algunas casas había trozos de masas encefálicas adheridos a la pared. No se ven más que circular camillas conduciendo a los heridos. Entre éstos se halla un capitán de Carabineros, que recibió un balazo en la cabeza. Considérase inminente la muerte de algunos de los más graves.
La población está consternada. Los coruñeses más viejos no recuerdan en la Coruña nada tan grave como los sucesos de ayer.
Ha llegado a aquel puerto, enviado por el capitán general del ferrol, el cañonero-torpedero Osado, cuyo comandante bajó enseguida a tierra a ponerse a las órdenes del general Lachambre.

El motín lo promovieron los empleados de consumos declarados en huelga y pretender que no prestasen servicios los nuevos colocados por el arriendo.
La ciudad se declaró en estado de guerra. La benemérita hizo fuego contra los amotinados, produciendo al descarga muertos y heridos.
La empresa se niega a aumentar el jornal a los huelguistas y tiene el propósito de traer personal de Andalucía, y esto es precisamente lo que motivó el mayor disgusto de los huelguistas. Ayer se reprodujo la huelga de los dependientes de consumos. Por la tarde se formaron algunos grupos que disolvió la Guardia civil. Esta custodiaba los fielatos.
A las nueve, un numeroso grupo de huelguistas, a quienes acompañaban mujeres y niños, se dirigió al fielato de la calle de Caballeros. Al cerrarle el paso la Guardia civil, se produjo una estrepitosa gritería y se arrojaron algunas piedras a la benemérita. La Guardia civil hizo fuego sobre los huelguistas, resultando un muerto y once heridos, cuatro de ellos graves. Esta represión fue más que suficiente para disolver a los huelguistas. El juzgado levantó el cadáver que resultó ser el de un individuo llamado Mauro Sánchez.
Las asociaciones se reunieron, acordando el paro general. En su consecuencia, no se publicarán hoy los periódicos locales. Los panaderos también secundarán la huelga.
La población está alarmada temiéndose que ocurran nuevos desórdenes. Parejas de la Guardia civil y un escuadrón de caballería de Galicia patrullan por la población.
Se ha desencadenado esta noche un terrible huracán que impide la reunión de gente en las calles.
Los obreros han protestado calificando duramente a la Guardia civil por los sucesos de la noche última. Todos los comercios están cerrados. No se ha publicado ningún periódico local. En las fábricas están paralizadas las obras. Los hornos están igualmente cerrados, siendo probable que mañana ocurra un conflicto por la carencia de pan, pues todos los operarios han abandonado el trabajo. Los obreros llevan lazos negros en señal de duelo.
Las autoridades, reunidas a las nueve de la mañana en el Gobierno civil, conferenciaron sobre el estado de ánimo del elemento obrero. A las doce deben de haber vuelto a reunirse, pues se dice que el gobernador civil resignará el mando. A la junta de esta mañana concurrieron los coroneles de todos los cuerpos de la guarnición.
Los obreros, en numerosos grupos, recorren las calles impidiendo que nadie trabaje. Los aguadores no sólo están en huelga sino que impiden que las criadas surtan de agua las casas donde sirven.
Los buques surtos en el puerto han tenido que suspender las operaciones de carga y descarga por falta de mozos en el muelle, habiendo tenido necesidad el comandante de Marina de reclamar el auxilio de la fuerza armada para garantizar las mercancías.
Los vapores Hércules y Comercio, que llegaron del Ferrol a las diez de la mañana con viajeros, han solicitado el auxilio de la autoridad de Marina para que los viajeros pudiesen saltar a tierra, pues los boteros se negaron a conducirlos.
Varias parejas de la Guardia civil se situaron en el muelle y protegieron el desembarco que se efectuó en un buque de la comandancia de Marina.
Fuerzas del regimiento de caballería, con sable en mano, y el regimiento de Zamora patrullan por las calles.
Los empleados del matadero público se niegan a hacer la matanza de las terneras para el consumo de la población.
El cadáver del dependiente de consumos muerto ayer ha sido trasladado al anfiteatro del cementerio. Cuatro de los heridos fueron llevados sus domicilios. Los otros siete continúan en el hospital civil en estado grave. Todos tienen heridas en las piernas. Un guardia civil recibió una herida en una mano.

El áncora : diario católico de Pontevedra: Num. 1146 (03/06/1901), en Galiciana – Biblioteca Dixital de Galicia

• Páxina 2