O xornal madrileño “El Imparcial” continúa o día 5 de xuño de 1901 o tratamento das novas derivadas dos sucesos da Folga de 1901 na Coruña:

LOS SUCESOS DE LA CORUÑA
(POR TELÉGRAFO)
(DE NUESTRO REDACTOR-CORRESPONSAL)
Coruña 4 (1,15 tarde)
Procesos militares.- Menudean las detenciones.- Rumores de reproducción del paro general.- Obreras sin trabajo.- Los patronos.- Otro que muere.
Continúan las cosas revistiendo el mismo aspecto que ayer.
Los jueces militares instruyen procesos por los sucesos de los días 30 y 31, decretando muchas prisiones, principalmente de huelguistas de consumos.
Parejas de la Guardia civil han verificado la detención de varios cabos y vigilantes huelguistas que tomaron parte en el ataque al fielato de la calle de Caballeros en la noche del 30.
Algunos de los detenidos no estaban en sus domicilios, habiéndoseles encontrado escondidos en otras casas.
De los detenidos había tres heridos levemente de bala.
También ha detenido la Guardia civil á vanos huelguistas por amenazas á los nuevos empleados.
El número de detenidos pasa de sesenta.
Se dice que esto ha irritado á los obreros y se habla de que tratan de reproducir el paro general.
La fábrica de tejidos del Sr. Miranda ha suspendido sus trabajos, quedándose en la calle 300 operarios, en su mayoría mujeres.
Ante los rumores insistentes de que se trata de reproducir el paro general, parece que los patronos tratan de asociarse para defender sus intereses, siguiendo el ejemplo de los de Gijón.
Anoche falleció en el hospital Antonio Veiga, de oficio carpintero, que fué herido de un balazo en el vientre al ocurrir los sucesos del día 31.
El infeliz deja tres hijos.
Coruña 4 (8 noche)
A las seis y media de la tarde se ha verificado el entierro del obrero Veiga.
Desde el hospital hasta el cementerio han acompañado al cadáver, sin que ocurriera ningún incidente, muchos trabajadores.
Coruña 4 (12 noche)
El capitán general ha conferenciado con el alcalde, previniéndole que adopte medidas de abastecimiento de la ciudad en previsión de que se reproduzca el paro.
En consecuencia de la entrevista, el alcalde ha citado al Ayuntamiento á sesión extraordinaria, y sometido á su conocimiento la cuestión, concediéndole el Municipio un voto de confianza para que resuelva lo conveniente.
El alcalde ha telegrafiado á los de Monforte, Lugo y Betanzos, preguntándoles si, en caso necesario, podrían aprovisionar la población.
También se ha ocupado el Ayuntamiento de la conveniencia de mediar con la empresa de consumos para que admita nuevamente á los huelguistas.
En consonancia con este acuerdo, el alcalde se ha puesto al habla con el representante de la empresa, y éste ha contestado que le era imposible
acceder á la demanda, pues sólo le faltaban 23 hombres para cubrir por completo el servicio, añadiendo que todos los empleados nuevos son hijos de la región gallega, y ofreciendo como prueba de sus deseos de llegar á una solución de concordia, aceptar de entre los huelguistas los empleados que le faltan, pero reservándose el derecho de elegir entre ellos.
Ahora ha marchado el alcalde á la capitanía á dar cuenta de sus gestiones.
También ha conferenciado el alcalde con algunos panaderos, que le han ofrecido fabricar pan.
Según opina el jefe de la guardia municipal, el paro general no se reproducirá, porque la mayoría de los obreros comprende que sería peligroso extremar otra vez las cosas.
Marqués.


(DE NUESTROS CORRESPONSALES)
La empresa de consumos y el Ayuntamiento
Corúna 4 (1,45 tarde)
Se ha reunido el Ayuntamiento, en sesión secreta para ocuparse del recurso de alzada interpuesto por la empresa de consumos, pidiendo que
desaparezcan de las condiciones del contrato de arrendamiento las cláusulas: que facultan al Ayuntamiento para la imposición de multas.
El Ayuntamiento tiene informe de que el ministro de Hacienda estudia la forma de anular el contrato de arriendo de consumos.
Como esto sería agravar la situación, el alcalde se ha dirigido telegráficamente al ministro, rogándole que suspenda toda decisión, pues sería una carga para el Municipio el llevar el impuesto por adminitración.— Faginas.
Ferrol 4 (4 tarde)
Suscripción para las víctimas.
Se ha iniciado aquí una suscrición a favor de las viudas y huérfanos de las víctimas de los sucesos de la Coruña. – Velazquez
Ao día seguinte, o 6 de xuño de 1901, continúan a publicarse neste xornal de Madrid as crónicas enviadas polos seus corresponsais na Coruña:




EL PROBLEMA DE LA CORUÑA
Una paradoja en acción.- Trabajos de libertarios y anarquistas.- Los dependientes de consumos.- Matute a todo pasto.- Regionalismo consumero.- Huelga mental de las autoridades.- El conflicto.- Estado de ánimo de la población.
Los días que llevo en esta población tan visitada por mí antes de ahora, los he empleado en oír a unos y a otros, en observar cómo dicen cuanto dicen; en descubrir bajo las palabras el estado de ánimo de las gentes y en darme cuenta de lo que ha pasado.
Son muy extraños los hechos de estos tristísimos días.
!La contribución de consumos, el más odioso de todos los impuestos! ¡Los empleados de consumos, más odiosos por sus procedimientos y vejaciones que el impuesto mismo, y más odiosos aún para el pobre, para el trabajador, al que suelen atropellar constantemente! !Los trabajadores, las víctimas principales de ese impuesto y de esos empleados, simpatizando con éstos, haciendo causa común con ellos, sacrificando su vida por denfenderlos!
Ni el propio Humbugman, el gran amigo de Cavia, discurriría una cosa, semejante.
¿Cómo explicar tan monstruoso contrasentido?
Doctores hay aquí en la prensa coruñesa que sabrán hacerlo y que lo harán indudablemente cuando cesen las circunstancias anormales en que ahora se encuentran personas y cosas. Yo no acierto en este momento a descifrar el enigma.
De mis trabajos de investigación resulta lo siguiente:
Desde hace mucho tiempo la población obrera de aquí viene muy trabajada por agitadores socialistas y libertarios para crear agrupaciones y sociedades de resistencia. Sea por las condiciones de esa clase obrera, por sus escasos medios de ilustración, por carencia de jefes sensatos y de
prestigio ó por otras causas, lo cierto es que los libertarios ó anarquistas se impusieron desde luego y encontraron mayoría inmensa de adeptos; formáronse agrupaciones por oficios, y no bastando esto, se formó un centro denominado «de oficios varios», regentado, según parece, por los
anarquistas, y adonde fueron á parar infinidad de trabajadores, entre ellos los dependientes de consumos.
Cinco locales nada menos alquilaron para establecer en cada uno de ellos las Sociedades de canteros, carpinteros, zapateros, oficios varios y tipógrafos. Los cuatro primeros están en la calle de Cordelería en edificios inmediatos unos á otros, y el de tipógrafos en la calle del Orzán.
No hay que decir que los tipógrafos pertenecen al elemento más templado, á los socialistas evolucionistas de Pablo Iglesias, y que los otros grupos que ocupan edificios inmediatos, militan en las filas del
socialismo revolucionario y del anarquismo.
Las autoridades gubernativas tenían perfecto conocimiento de esta organización, de las doctrinas que se predicaban y de la propaganda que se venía haciendo. Sabia quiénes eran los jefes y los fines que perseguían con las varias huelgas aquí promovidas de poco tiempo á esta parte .
Una de las más recientes fué la primera de los empleados de consumos, iniciada hará como cosa de dos meses.
Tiene arrendados los consumos de esta capital la misma empresa que en Madrid. Fuera del personal administrativo de importancia, en el que también hay algunos hijos de Galicia, el resto, ó sea el personal subalterno, incluso los cabos, aforadores y vigilantes que llaman volantes, hasta un total de 140, era todo de aquí: los altos empleados y dos o tres subalternos son de la provincia de Huelva.
Los 140 dependientes de aquí, ya afiliados al grupo de oficios varios, promovieron, como dejo dicho, una huelga hace dos meses, pasando un oficio al administrador y dándole un plazo de pocas horas para que les aumentaran un real de sueldo diario: ganaban nueve reales y pidieron diez, amenazando con abandonar el servicio si no se accedía a su pretensión. Para ser exacto, debo decir que este aumento no lo solicitaban todos, ni fueron luego en su totalidad á la huelga los 140: los cabos, aforadores, volantes y matronas nada pidieron, permanecieron en sus puestos.
La empresa solicitó un plazo; los huelguistas no lo concedieron y abandonaron sus puestos, intervinieron el gobernador y el alcalde, y después de varias conferencias se firmaron unas bases por el representante de la empresa, las autoridades y el presidente de la sección de oficios varios, como delegado éste de los huelguistas, bases en las cuales se daba solución al conflicto concediendo el aumento solicitado y estableciendo además en ellas que ningún empleado podía ser despedido sin causa justificada.
Por lo ocurrido luego, se ha venido en conocimiento de que los cabos, aforadores, volantes y matronas, aunque no se adhirieron á aquella huelga, la miraron con buenos ojos y hasta la ayudaron.
El día 27 de Mayo, sin causa al parecer motivada, el administrador de Consumos recibió un oficio, firmado también por el secretario del grupo de «oficios varios», dicicéndole que en seguida se concediera un real de aumento de sueldo á matronas, volantes, aforadores y cabos, so pena de huelga general. Después de muchas conferencias, los empleados dieron un plazo de setenta y, dos horas para que resolvieran los jefes de la empresa en Madrid. La empresa no quiso acceder á esta nueva pretensión, y vino la huelga. Se me olvidaba decir que los huelguistas exigían también que todos los dependientes fueran de la región gallega, y que se prohibía en absoluto el nombramiento de hijos de otras provincias.
Con los pocos andaluces y con el auxilio de la Guardia civil la empresa procuró cobrar el impuesto; pero el matute introducido á la sombra de la huelga parece que ha sido enorme.
El día 30 llegaron en el mixto siete ú ocho dependientes traídos por la empresa desde Madrid.
Desde la estación se dirigieron al fielato de Caballeros, que está á pocos metros del ferrocarril.
Saberlo los huelguistas y dirigirse allá en actitud amenazadora y con ánimo, á lo que se dice, de dar un disgusto gordo á los empleados forasteros, fué cosa de un momento.
Serían las nueve de la noche. El fielato estaba custodiado por ocho guardias civiles al mando de un sargento y de un cabo. Acerca del suceso que se desarrolló allí y que fué el origen del paro general y de las dolorosas y terribles escenas del día 31, no andan de acuerdo todas las versiones.
Que los huelguistas iban resueltos á todo para impedir que los forasteros ocuparan plazas, es un hecho indudable. Como lo es el de que los alentaron y ayudaron otros elementos extraños al ramo de consumos.
¿Hubo provocación en forma, que obligara á la Guardia civil á disparar contra los huelguistas, sin apelar antes á otros procedimientos y sin reparar en que había entre los grupos niños y mujeres, algunos extraños al acontecimiento, y que lo presenciaban como curiosos?
¿Es verdad, como dicen algunos, que la fuerza se vió agredida, no sólo por piedras, sino por disparos de armas de fuego hechos por los huelguistas?
¿Dio la orden de fuego el sargento, o el cabo?.
Difícil es aclarar estas cosas. De lo que no cabe dudar es de las consecuencias tristes y lamentables de este suceso y de que las autoridades, que debían saber el estado de ánimo de los huelguistas y sus propósitos, pudieron emplear otros procedimientos antes de la llegada de los obreros madrileños, para impedir que los huelguistas y sus jefes é instigadores emplearan los medios de violencia previamente acordados y que después aplicaron.
El efecto producido en el ánimo del público fué horrible. Se creía generalmente que la fuerza pública se habia excedido en los medios de represión, y sobre todo se veía un contraste terrible entre la debilidad, flojeza y apatía de las autoridades antes, y lo brusco de la transacción, la fuerza en sus más terribles manifestaciones.
¡Entr e el tacto, el buen sentido, la habilidad, el arresto ó prisión de agitadores y la apelación á los Mausers, hay una escala de cosas, de medios á que recurrir para impedir días de luto á una población y que se sacrifiquen victimas inocentes!
Porque ahora, como siempre en estos tumultos, han pagado las consecuencias más justos que pecadores, lo mismo en la noche del 30 que en la del 31.
De ahí la irritación del público y el estado horrible de ánimo en que se hallaban la mayoría de las gentes.
Las autoridades, el gobernador, continuaron impasibles, sin adoptar una medida. Una hora después se reunían en sus respectivos locales todos los obreros, y acordaban el paro general y una serie de represalias terribles, de las que habían de resultar víctimas principales, no el gobernador ni la Guardia civil, sino todo el vecindario, los niños y los enfermos sobre todo.
Que nadie trabajara, que no entraran víveres, que no se abriera un establecimiento, ni cafés ni fondas, que no se consintiera á nadie sacar agua de las fuentes; hasta se dice, y puede ser que no sea del todo infundado, que los libertarios acordaron cortar las cañerías del gas y los cables de la luz eléctrica para dejar la población á oscuras y tomar venganza sangrienta de la burguesía.
El viernes la anarquía reinó en las calles hasta después que se declaró el estado de sitio. Grupos de obreros impedían sacar agua de las fuentes, que nadie introdujera ni medio litro de leche para hospitales ni para niños, entraban en los cafés y se llevaban á los camareros, exigiendo al público también que saliera, detenían á los coches de los médicos y hasta detuvieron la salida del correo para Santiago, intentando además que no circulara el tren correo, cosa que no lograron por temor á fuerzas de caballería que salieron á custodiar la línea. Ni razones ni nada les convencían. Hasta que se proclamó la ley marcial, toda la mañana y casi toda la tarde no se notó la presencia de la autoridad ni de sus agentes para impedir estas coacciones, algunas de ellas horribles é inhumanas.
El espíritu público reaccionó; la simpatía trocóse en antipatía, y se ansiaba que se viera la autoridad por alguna parte.
Cuando anochecido se publicaba la ley marcial y la gente discurría por las calles principales, presenciando con curiosidad el paso de las fuerzas, las turbas agredieron á la Guardia civil en uno de los sitios más céntricos y concurridos, al final de la calle Real y en la Rúa Nova. Primero piedras é insultos, luego disparos. La Guardia civil dió los toques de atención, la gente pacífica empezó á desbandarse, y en seguida se oyeron las primeras descargas. Desde la casa donde está el grupo de oficios varios, situada en la calle Cordelería y enfocando toda la Rúa Nova hasta el paseo de Méndez Núñez, los obreros disparaban contra la Guardia civil. También parece que salieron disparos de otros sitios. El resultado final es el que todo el mundo conoce y deplora.
Hoy aparentemente está restablecida la normalidad; pero para afianzar la paz y devolver la tranquilidad á los espíritus será preciso que trascurran varios días, que se vaya cicatrizando las heridas y que las autoridades desarrollen gran prudencia y tacto exquisito, a fin de impedir que estalle cualquier conflicto y se reproduzcan con mayor intensidad los terribles sucesos de los días 30 y 31.
Se marcha el correo y no tengo tiempo para más.
Este es el relato fiel de las cosas, según informes de personas dignas por su juicio, buen criterio e independencia de que se las dé todo crédito.
Federico Marqués
Coruña 3 de Junio
(POR TELÉGRAFO)
Coruña 5 (11,10 mañana)
Reunión de los presidentes de las Asociaciones obreras.- Acuerdos reservados.
En el Centro de tipógrafos, única socíedad que no ha sido cerrada por las autoridades, se han reunido los presidentes de todas las asociaciones obreras, autorizados por el capitán general.
A la reunión asistión un inspector de policía.
Los presidentes de las sociedades se ocuparon de la situación en que han quedado los huelguistas de la empresa de consumos, y de las operarias de la fábrica de tejidos del Sr. Miranda, que como anuncié ayer en mis telegramas, han quedado sin trabajo.
Trataron también en esta reunión de la conducta que debían adoptar en vista de la decisión de la autoridad militar de no tolerar nuevas perturbaciones en el orden público.
Los acuerdos adoptados por los presidentes de las sociedades obreras fueron de carácter reservado, pero predominaron los temperamentos de prudencia.
La reunión terminó en medio del mayor orden, y después de haber cambiado impresiones respecto á la solución de la huelga de empleados de consumos
en vista de la actitud en que se ha colocado la empresa.
Marqués.
El Imparcial (Madrid. 1867), en Hemeroteca Digital – Biblioteca Nacional de España:








