A Folga de 1901 na Coruña, na prensa: “La Correspondencia Militar”

Ainda que hoxe en día poda parecernos estraño, durante o periodo da Restauración preto de media ducia de xornais foron publicados tratando de aunar un duplo caracter: político e corporativista militar, todos eles de ideoloxía moi conservadora e reaccionaria.

La Correspondencia Militar foi un deles mais este xornal, editado en Madrid desde 1877, tivo unha larga vida ata a súa desaparición en 1932, xa en tempos da II República.

Dado o seu caracter de “periódico de la tarde”, recolle as novas recibidas no mesmo día dos sucesos.


Así, respecto da Folga Xeral de 1901 na Coruña e dos sucesos ocurridos pola represión da mesma, o mesmo día 31 de maio de 1901, La Correspondencia Militar publica a seguinte nova:


-A mediodía.
Motín en la Coruña
.
Según noticias recibidas esta mañana en Madrid, anoche hubo un motín en la Coruña, con motivo de la cuestión de Consumos.
La Guardia civil acudió a restablecer el orden; pero las parejas del benemérito instituto fueron recibidas a pedradas.
En vista de esto la Guardia civil hizo fuego sobre los revoltosos, resultando algunos muertos y varios heridos.
Parece que después de esto se ha restablecido la tranquilidad.

-Por la tarde.
Lo de la Coruña.

La nota saliente de la tarde es la cuestión de orden público que han planteado los huelguistas en la Coruña por sus ataques constantes a la tranquilidad pública y su manifiesto desdén hacia todo lo que significa autoridad.
Confirmando la noticia que publicamos en nuestra edición de provincias, se ha facilitado esta tarde en el ministerio de la Gobernación el siguiente

Telegrama oficial
Un muerto y diez heridos – Paro general.
Coruña, 31 (3,20 t.)

Declarada huelga dependientes consumos, fielatos estaban custodiados por Guardia civil. Grandes grupos huelguistas parados en actitud pacífica delante de aquellos, y sólo algunos insultaron desde lejos a los pocos empleados que prestaban servicio. Más tarde, a las nueve de la noche, grandes grupos de huelguistas, ante fielato llamado de los Caballeros, dieron mueras a la Guardia civil y la agredieron a tiros y pedradas.
La fuerza, viéndose gravemente acometida y en peligro de ser arrollada, hizo fuego, resultando un muerto y 10 heridos, de ellos uno grave. Se deshizo el grupo, que no bajaría de 600 hombres, restableciéndose tranquilidad, y fuerzas de Caballería recorren la línea.
Se asegura que sociedades de obreros han acordado paro general.

La autoridad civil resigna el mando.
Ese es el telegrama oficial.
Sin embargo, según noticias particulares de buen origen, esta mañana volvió a alterarse gravemente el orden público en la Coruña, haciendo necesaria nuevamente la intervención de la fuerza pública, con la que los huelguistas tuvieron varios choques.
Y parece que en vista de que, comprendiendo la autoridad civil que no tenía fuerzas bastantes para restablecer la normalidad, resignó el mando en la autoridad militar, que inmediatamente se hizo cargo de él, declarando algunas severas medidas que produjeron desde luego el efecto deseado.
A pesar de esto, la agitación sigue en la Coruña, con motivo del paro general que aprovechan los huelguistas para producir motines y algaradas.


Xa ao día seguinte, no seu exemplar de 1 de xuño de 1901, La Correspondencia Militar publica, ademáis da natural crónica das novas recibidas da Coruña vía telegráfica, unha extensa columna editorial sobre o sucedido na Coruña dende o seu corporativista e conservador sesgo, pretendendo xustificar a brutal represión exercida o día anterior por Guardia civil e forzas militares sobre os obreiros e obreiras, baixo o título, ben explícito, de “Deberes Ineludibles”:

LO DE LA CORUÑA
DEBERES INELUDIBLES

Los sucesos de la Coruña han producido en todos los ánimos impresión dolorosísima, no sólo por el caracter grave que han tomado, sino porque vienen a poner de manifiesto que en este país domina un malestar indecible que siempre se traduce en peligrosísimas alteraciones de orden público, que se sabe como comienzan pero no ciertamente en lo que pueden acabar.
Dos causas a cual más incomprensibles han determinado el hecho de haberse ensangrentado las calles de un pueblo tan culto como el de la Coruña: Una, el deseo -indudablemente poco meditado del señor gobernador civil- de defender con el mejor celo los intereses particulares de una empresa particular, actitud que determinó la huelga y con ésta los desórdenes que han ofrecido resultado tan lamentable; otra, la irascibilidad del pueblo, que cada vez manifiesta mayores desdenes hacia todo lo que significa autoridad, contra la que se revuelve de forma desusada y colérica, que hace inevitable la dura reprensión para restablecer la normalidad.
Las autoridades civiles no pueden ni deben ser más que mediadores pacíficos entre obreros y patronos, para que contemporicen, evitando por cuantos medios estén a su alcance la efusión de sangre, con objeto de que no tenga que ponerse el Ejército frente al pueblo más que en aquellos casos en que el principio de autoridad lo hiciere preciso de un modo indudable. Así deben proceder las autoridades civiles, demostrando tacto, prudencia y energía en la medida que las circunstancias aconsejen, pero sin abusar nunca de su situación, ni intimidarse jamás ante nada ni ante nadie. Por eso no tienen todos los hombres las condiciones necesarias para el cargo de gobernador civil.
Que en España domina la anarquía mansa, que en cuanto encuentra oposición se transforma en la más violenta de las anarquías ya lo sabemos; pero por esa misma razón es necesario contemporizar sabiamente para impedir que el Ejército, poniéndose, en cumplimiento de deberes sacratísimos, frente al pueblo, pague siempre los vidrios rotos.
Desde el momento en que la Guardia civil sale a la calle y es agredida, la fuerza de ese Instituto se halla en el deber ineludible de contestar con las armas al ataque, porque si así no lo hiciera, ¿qué sería del principio de autoridad? ¿qué del prestigio de ese Cuerpo que se halla obligado a mantener la tranquilidad pública?
Precisamente la cordura del benemérito Instituto y el pésimo empleo que han hecho de sus servicios los gobernantes, le han restado mucha parte de autoridad; y a esto obedece el que tan pronto como se altera seriamente el orden en una población sea necesario que la autoridad civil resigne el mando en la autoridad militar para que contenga a los revoltosos. El caciquismo ha sido siempre el enemigo mayor de ese brillante Cuerpo.
Y si así pensamos acerca de este, no hay para qué decir lo que pensaremos en igual caso tratándose del Ejército. Desde el instante en que éste toma posesión de la vía pública para mantener el orden, se ve obligado, por deberes que no puede eludir, a hacer cumplir con las armas las prescripciones del bando del capitán general, sin que esa actitud severa evidencie odio al pueblo; nada de eso; es que en el Ejército existe una disciplina rígida y santa a la que nunca se puede faltar.
Las tropas no pueden salir a la calle para que continúe el desorden y la anarquía, porque esto desprestigiaría para siempre el uniforme. Lo que hay que impedir es llegar a esos extremos tan lamentables, merced -como antes hemos dicho- al tacto de las autoridades civiles, porque de lo contrario, el Ejército tendrá que hacer un rudo escarmiento para poner término al actual estado de cosas.
Hace falta instrucción para el pueblo, con objeto de que no pierda sus derechos lanzándose por el camino de la anarquía, y para que, persuadiéndose de lo que significa el uniforme, no pongan a los hombres honrados que lo visten en el caso de defender con las armas en la mano el orden y la tranquilidad pública, porque por encima del cariño está el deber, y el deber es necesario cumplirlo, porque la disciplina, sabia y grande, se halla por encima de todas las afecciones
.


No que atinxe á crónica dos sucesos no exemplar de 1 de xuño de 1901 de La Correspondencia Militar, pouca diferencia atopamos cos relatos doutros medios madrileños, agás o sinalado sesgo corporativista militar e moi conservador, pero recolle as declaracións do Ministro de Gobernación Moret en relación aos feitos antes da súa entrada no Consello de Ministros:

LOS SUCESOS DE LA CORUÑA
Situación grave.

Según las noticias recibidas esta mañana, la situación se agrava cada vez más.
Como ya dijimos anoche, siento la autoridad civil impotente para dominar el conflicto, y previa consulta con el ministro de la Gobernación, resignó el mando en la autoridad militar, publicándose la ley marcial a las siete de la tarde de ayer.
Inmediatamente ocupó la tropa los puntos estratégicos de la población.
La sucursal del Banco de España tuvo que suspender ayer las operaciones por falta de Guardia civil que vigilara las cajas. Esto ha producido, como puede suponerse, gran daño al comercio.
La correspondencia de Santiago ha tenido que ir en el tren correo de Galicia por no haber podido salir ni en automóvil.
Poco después de publicada la ley marcial la Guardia civil procedió a despejar algunas calles que estaban completamente llenas de huelguistas y mineros. Como quiera que no fue obedecida la orden de la fuerza pública se dió el toque de atención que no produjo efecto alguno, y entones la Guardia civil hizo una descarga que originó varios heridos, hujendo entonces a la desbandada el público.
La calle en que esto ocurrió quedaron muchos charcos de sangre, y los camilleros conducían a los heridos al hospital. Casi todos estos lo están en las piernas.
Ante la acometida de la Guardia civil los obreros se refugiaron en el local de la Asociación tipográfica, establecida en la calle de Orzán.
La Guardia civil se apostó en Rúa Nueva Alta, y desde allí sostuvo un vivo tiroteo contra los revoltosos de la Asociación Tipográfica.
La lucha duró cerca de dos horas, y de ella han resultado tres muertos y ocho heridos graves, entre ellos el capitán de carabineros don Severino Alba y dos criados del hotel de Francia que estaban asomados a una galería.
Además hay muchísimos contusos de sable y pedradas.
Durante la noche llegó el cañonero Osado.

La mañana de hoy.
Noticias oficiales.
Telegrafía el gobernador de La Coruña que de la refriega habida entre las tropas y las turbas han resultado dos muertos y 10 heridos, entre ellos dos mujeres.
Después no ha vuelto a alterarse el orden, reinando ahora completa tranquilidad.
La colisión fue en el centro de la población.

En el ministerio de la Guerra se ha recibido esta mañana otro telegrama que comunica las mismas noticias.

De política.
Por la tarde.
Lo que dice el Sr. Moret.
Esta tarde, antes de comenzar el Consejo, hemos tenido ocasión de hablar con el Sr. Moret acerca de los lamentables sucesos ocurridos en la Coruña.
El ministro de la Gobernación, con la amabilidad que le caracteriza, nos dijo, sobre poco más o menos, lo siguiente:
-La situación de La Coruña venía agravándose por diferentes motivos desde hace bastantes años, y como no podía por menos, se ha llegado al máximum del malestar y las pasiones han estallado.
No me meto en si las autoridades han visto o no con toda claridad el conflicto; lo que sé es que éste se hacía por momentos inevitable.
El orden -continuó el Sr. Moret- está sólidamente garantizado, y tengo por seguro que no volverá a alterarse.
Noticias no tengo más que las que he facilitado esta mañana, y en Guerra me parece que no se habrán recibido nuevas impresiones.
No llevo ningún asunto de importancia al Consejo, pero claro es que se tratará de los lamentables sucesos de la Coruña.


Logo da extensión do tratamento dos sucesos da Coruña no exemplar do 1º de xuño, nos días inmediatamente seguintes a nova desaparece das páxinas do xornal La Correspondencia Militar, agás unha pequena nota na páxina 3, do exemplar do día 3 de xuño de 1901,:

LO DE CORUÑA
La capital coruñesa ha recobrado la tranquilidad, no absoluta, puesto que las fuerzas continúan ocupando los puestos estratégicos de la población.
Las Juntas directivas de las Sociedades obreras han dirigido una circular a los huelguistas excitándoles a volver al trabajo y emplear medios pacíficos para obtener sus ideales.
Continúan efectuándose detenciones.
Las desgracias ocurridas hasta hoy, son: cinco muertos, tres heridos graves y más de 70 heridos menos graves.
Los detenidos son conducidos al castillo de San Antón.
Ha sido decretada por el juez militar la clausura del Centro Obrero.
Regresó a Ferrol el destroyer Osado.
El capitán general no ha accedido a la excarcelación de los presos por depender éstos del Juzgado militar.


Finalmente, no exemplar do día 4 de xuño de 1901, o xornal La Correspondencia Militar publica en portada unha viñeta que trata de retratar gráficamente as tribulacións do presidente de Goberno daquela, Práxedes Mateo Sagasta, ao respecto do que daquela se denominaba como “cuestión obrera” coas mobilizacións dos traballadores e traballadoras nesas datas en diferentes localidades e sectores, entre eles a folga xeral na Coruña:


La Correspondencia Militar, na Hemeroteca Digital da Biblioteca Nacional de España.



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