O xornal El Compostelano de Santiago, recolle nas páxinas do seu exemplar de 15 de decembro de 1933, o seguinte relatorio dos feitos acontecidos en Compostela nos días revolucionarios de principio de decembro de 1933:
El Compostelano (Santiago) – 15 de diciembre de 1933
Cómo empezó el paro
Este empezó por los panaderos y horneros, que ya la noche del sábado, después de que se declaró por las Directivas obreras la huelga, dejaron de trabajar no pudiendo despacharse al día siguiente más que pequeñas cantidades de ese artículo, ninguno de Viena o gramado.
Los empleados de arbitrios
Estos al comunicárseles el estado de huelga abandonaron los fielatos, motivando que algunos quisiesen aprovecharse de tal anormalidad pasando con mercancías sujetas a derechos y que cayesen luego sometidos a las mallas de un expediente administrativo y con la sanción de dobles derechos y la pena correspondiente.
Pero esta anormalidad duró poco, porque enseguida se mandó a los fielatos Guardias municipales y oficiales de Secretaría, que tan rigurosamente cumplieron con su deber consiguiendo un ingreso como si esos empleados estuvieran en sus puestos.
Detención de las directivas.
De madrugada cuando estaban tranquilamente en sus domicilios esperando el desarrollo de la huelga son detenidos siete de la Directiva del Comité, que pasaron a la cárcel; otros dos lo fueron en Villagarcía, Marcial Villamor Varela y Manuel Delgado Gerpe, siendo al día siguiente transportados a la de Cambados.
En la plaza de Abastos
Realizáronse en este día en esa plaza las transacciones con toda facilidad, que no impidió apareciesen mercaderes altamente desaprensivos que quisiesen aprovecharse de las circunstancias anormales que empezaban a sentirse, pidiendo por las verduras, patatas y otros artículos precios fabulosos. Labriego hubo que exigía por una docena de huevos cuatro pesetas.
El bando del Gobernador.
Al medio día dió el alcalde a la publicidad el Bando de la primera autoridad gubernativa de la provincia y que dice así:
“D. Rafael Gasset y Alzugaray, Gobernador civil de esta provincia.
Hago saber: Que decretado con fecha de hoy en todo el territorio nacional el estado de Alarma a que se refiere el artículo 34 de la ley de Orden Público, en uso de mis atribuciones prohíbo la formación de grupos de todas clases, y en caso de que no sea obedecida mi Autoridad, después de dar tres toques de atención, se empleará la fuerza para restablecer.
Quedan sometidos a la previa censura todos los impresos y publicaciones.
Igualmente hago saber que: serán compelidas a cambio de residencia, las personas cuya conducta se haga sospechosa de mi Autoridad.
Mientras continúe el estado de Alarma acordado, queda en suspenso la garantía de entrar en el domicilio de cualquier ciudadano sin mandamiento judicial, para practicar los registros o diligencias que sean indispensables.
Quedan suspendidos todos los derechos de asociación y sindicación que no se realicen previa autorización especial que pudiera conceder.
Cualquier acto que comprometa el Orden Público, aunque no sea constitutivo de delito, habré de sancionarle con multas cuyo límite mara la ley hasta diez mil pesetas.
Hechas estas advertencias, confío en que lejos de incurrir en las sanciones determinadas, prestarás los ciudadanos sometidos a mi jurisdicción el más respetuoso acatamiento a la Ley, y que he de contar con su imponderable asistencia para evitar los peligros que acechan en las presentes circunstancias.
El ejercicio de mi Autoridad hasta la fecha, creo que garantiza a todos los ciudadanos por igual, y por lo tanto que el cumplimiento de mis deberes actualmente no tiene porque producir recelos ni inquietudes, sino por el contrario la seguridad plena de que han de ser cumplidamente garantizados los intereses morales y materiales de esta provincia, cuyo mando me enaltece.
La Coruña, 9 de diciembre de 1933.- Rafael Gasset y Alzugaray”.
El público ante el bando
Este bando fue colocado en los sitios de costumbre que el público leía con avidez, al mismo tiempo que comentaba el estado anormal de la nación.
En la alcaldía
En este departamento estuvo toda la mañana, tarde y noche de este día, domingo, el Sr. López Pol, donde recibía la visita de sus compañeros al mismo tiempo que manifestaba al gobernador cómo se deslizaba la huelga y las noticias que le trasmitía el personal de Seguridad y Vigilancia.
Bando de la alcaldía
Este fue colocado a las cinco y media de la tarde en los lugares acostumbrados y decía así:
“Usando las facultades que me son propias, vengo en ordenar que, en el día de hoy, domingo, desde las seis de la noche se cierren todos los cafés, bares y establecimientos públicos análogos.
Esta medida se adopta a fin de evitar situaciones desagradables que pudieran llegar a ser motivo de alteraciones del orden público que a todos importa no se produzcan.
El cumplimiento de esta orden será rigurosamente exigido por los Agentes de la Autoridad, y los contraventores serán castigados con arreglo a la ley de Orden Público y teniendo en cuenta que está decretado el estado de alarma en todo el territorio nacional.
Lo que se hace público para general conocimiento.
Santiago de Compostela, a 10 de diciembre de 1933.- El Alcalde, Raimundo López Pol.”
A la hora que el mismo indica todos esos establecimiento estaban cerrados ofreciendo la ciudad un aspecto triste y la concurrencia por las calles era escasa.
Vigilando la luz y el agua
Fuerzas de la ciudad vigilaban el depósito del agua y los puntos estratégicos de la luz eléctrica, para evitar que cualquier desmán pudiera causar daños de importancia en el primero y en el segundo cualquier apagón dejase a la ciudad a oscuras.
También se hallaba vigilado el puente de hierro del ferrocarril de cerca de la Rocha para evitar atentados parecidos a los ocurridos en la última huelga.
Segundo día de huelga.
Este comenzó con la explosión a las doce y media de la noche de una bomba en el Matadero, que contribuyó a que se reuniese en ese punto bastante gente con objeto de ver los desperfectos causados y que no existieron más que en unas piedras que levantó a la entrada del edificio.
Más tarde, después de la una, se sintieron los efectos de otras dos en el Pejigo de Abajo, donde está la muralla de la huerta del convento de las Madres; tampoco hubo daños de importancia, produciendo sólo la rotura de los cristales de una casa de aquella vía.
Pretendieron parar un automóvil
Como los de transportes durante el día anterior y este no secundaran la huelga, pequeños grupos pretendieron parase un automóvil de la Empresa Castromil que venía para Santiago, lo que no pudieron conseguir por la intervención de un Guardia municipal y fuerzas de Seguridad.
El comercio.
Este abrió sus puertas, teniendo los escaparates completamente cerrados, para evitar rotura de lunas.
Otro bando de la alcaldía.
Este publicose al medio día y en él se decía lo siguiente:
“Usando las facultades que me son propias vengo en ordenar que, mientras duren las actuales circunstancias, desde las siete de la noche se cierren todos los cafés, bares y establecimientos públicos análogos.
Esta medida se adopta a fin de evitar situaciones desagradables que pudieran llegar a ser motivo de alteraciones de orden público que a todos importa no se produzcan.
El incumplimiento de esta orden será rigurosamente exigida por los Agentes de la Autoridad, y los contraventores serán castigados con arreglo a la ley de Orden público y teniendo en cuenta que está decretado el estado de Alarma en todo el territorio nacional.
Lo que se hace público para general conocimiento.
Santiago de Compostela, a 11 de diciembre de 1933.- El Alcalde, Raimundo López Pol.”
A esa hora, como en el día anterior, esos establecimientos volvieron a permanecer cerrados y a haber menos concurrencia en las calles.
Para que no escasease el pan.
Por medio de Bando el alcalde conminó a los panaderos a la confección de pan y eso que ya había algunos que de él surtían a su clientela y por la tarde lo hizo saber en la siguiente forma:
“Decretado para todo el territorio nacional el Estado de Alarma, con arreglo a la vigente ley de Orden público; y siendo en estas circunstancias uno de los más apremiantes deberes de la Autoridad velar por la normalidad de las subsistencias, entre las cuales ocupa el primer lugar el abastecimiento de pan; y facultada la Autoridad por la misma ley de Orden público para prohibir e impedir la cesación de industrias y comercio;
Vengo en ordenar a todos los industriales de la localidad que se dedican a la fabricación y venta de pan, así como a los que explotan hornos para la cocción del pan de otros industriales, que sin excusa alguna continúen las expresadas fabricación y venta con todos los elementos de que dispongan.
Se advierte que el incumplimiento de esta orden será considerado como atentatorio al orden público, y como tal denunciado al Excmo. Sr. Gobernador civil de la provincia, quien con arreglo a la misma ley y a su bando de 9 del corriente podrá castigarlo con multas de cuantía hasta diez mil pesetas; y que, si la Autoridad lo considerase oportuno, llegaría hasta la incautación de los establecimientos de los contumaces.
Santiago de Compostela, 11 de diciembre de 1933.- El alcalde, Raimundo López Pol”
Este Bando fue cumplido sólo por panaderos de la calle de las Huertas.
Un pequeño petardo
Este estalló a las diez y media de la noche de ese día detrás de las oficinas de la empresa Castromil, no produciéndose más daño que el susto que llevaron los vecinos de las casas inmediatas.
Tercer día de huelga
Con la misma tranquilidad que los anteriores continuó ese día, siguiendo los mercados concurridos, no faltando los artículos de primera necesidad como leche, carne, patatas y otras mercancías peri sin las extralimitaciones del primer día.
El pan vendiose únicamente en el horno de D. José Alonso Vieites, que surtió de este artículo a su clientela y otras que no lo eran.
Estallan dos bombas
Una en el transformador de la Plaza de Abastos a las siete y media y más tarde a las diez, otra e las Esterquerías, no causando desperfecto alguno.
Cuarto día
En este día llega una Compañía de Guardias de Asalto de Pontevedra para ayudar con la otra fuerza a la conservación del orden.
Bombas encontradas
En una de las ventanas del Seminario Conciliar y en la parte que da a los Brillares fue encontrada una bomba de mano con la mecha apagada y en un reconocimiento que la fuerza hizo por la vía del ferrocarril halló varias que fueron recogidas.
El pan
En este día se expende pan en las panaderías de la calle de las Huertas y el Hórreo. También trajo el Ayuntamiento cinco mil kilos de Vigo que vendió en una de las casillas de la Plaza de Abastos.
Reunión en la Alcaldía
A las once de la mañana los propietarios de panaderías y hornos se reunieron con el Sr. López Pol, para tratar de cumplir el Bando publicado el tercer día de huelga, alegando argumentos que no convencieron al alcalde y sí los de esta autoridad a aquellos que les obligó a decidirse a confeccionarlo y expenderlo al día siguiente al público, lo que no hicieron.
En camiones recibió el Ayuntamiento más pan de Vigo que como en los días anteriores fue expendido en la Plaza de Abastos.
Se encuentra otra bomba
Cerca de la estación de Casal y al lado izquierdo de la vía férrea fue encontrada por la Guardia civil una bomba conteniendo 25 cartuchos de dinamita. La mecha estaba completamente apagada, suponiéndose que la lluvia de ese día evitó ardiese y produjese la explosión consiguiente.
Dicha bomba se inutilizó en el Parque de Artillería.
Otra detención
De madrugada es detenido otro del Comité en un establecimiento del Crucero del Sar, al que pretendía ocultarlo su dueño pasando después aquél a la cárcel.
Registros importantes
Los realizó la Policía, encontrando documentos interesantes, entre ellos las instrucciones para colocar las bombas y otras materias explosivas.
Más registros
Realizáronse otros de resultados negativos. En ellos quisieron hallar los depósitos de las bombas.
Más pan
Volvieron los panaderos de las Huertas, Hórreo y uno de la Rúa de San Pedro a expender pan a su clientela y a cuantas personas lo solicitaban. Esta actitud ciudadana así la de los demás industriales que no supieron secundarla.
Multas
El Gobernador civil impuso multas de mil pesetas a cada uno de los que componían el Comité de huelga y están detenidos y a los panaderos que no cumplimentaron las órdenes de la Alcaldía, y de dos mil pesetas al tabernero del Crucero de Sar señor Fandiño, por ocultar a Manuel Amil Barcia, dirigente obrero.
Quinto día
Llegamos al último día de huelga que pasó con toda tranquilidad, celebrándose el mercado al que concurrieron numerosas personas a pesar del estado anormal de la ciudad.
Al anochecer, colocose una octavilla en una de las columnas del Toral, participando que había terminado la huelga y que mañana viernes (hoy) se reintegrarían todos al trabajo.
Con la terminación de la misma, tenemos que elogiar a las fuerzas de Artillería, Guardia civil, Seguridad, Vigilancia, Guardias municipales y las llegadas de Asalto, que cumplieron todos sus servicios ordinarios y extraordinarios admirablemente, trabajando sin descanso, evitando alteraciones del orden, a la vez que descubrían las ramificaciones de este movimiento que no era, como ya decimos, de reivindicación social sino de fines revolucionarios.
También la Guardia civil contribuyó con su vigilancia por las carreteras que no se coaccionase a las labradoras encargadas de surtir la leche por lo que merecen su reconocimiento.
Y de elogio es la conducta observada por el panadero D. José Alonso Vieites que no dejó un día de surtir a su clientela de pan, ayudando así a la alcaldía, comprendiendo que no solo de ésta deben salir las determinaciones sino también de los residentes en Compostela y más es de aplaudir la de este industrial por los daños que otras la causaron, no deteniéndole en esta, ejemplo que desearíamos hubiesen copiado los demás industriales.

Outro xornal compostelano, El Eco de Santiago, tamén recolle nas súas páxinas un relatorio dos feitos acontecidos nesa cidade, mesturada de opinión editorial baixo o título :

El Eco de Santiago – 15 de decembro de 2023
Después de cinco días de huelga
El movimiento anarco sindicalista que estallara en Barcelona, Zaragoza y la Rioja el vieres y al cual nos referíamos en nuestra información del sábado día 9, tuvo sus repercusiones en Santiago; las tuvo en la mayor parte de las poblaciones y en forma violenta, en muchas.
En la madrugada del domingo se supo aquí que en La Coruña había sido planteado el paro general, después de la explosión de cuatro bombas en conductores de hilos de electricidad; y la huelga de allí sirvió de aviso para que aquí también se parase.
Claro que, por ser domingo, apenas se notó la medida; pero aquellos que tienen labor diaria, como los camareros de cafés y bares, dejaron de concurrir a sus ocupaciones y las panaderías no sirvieron, como de costumbre, el pan a domicilio.
En tanto, llegaban noticias de Madrid, trasmitidas por radio desde el ministerio de Gobernación, dando el movimiento por fracasado y rindiendo los fervores del encomio a la fuerza pública que lo mismo en la capital de la nación que en las provincias y pueblos de pequeña importancia, habían dado muestras de gran espíritu de disciplina, como el vecindario lo diera de ciudadanía.
Hubo víctimas que lamentar en los diversos atentados que realizaron los ofuscados que a viva fuerza tratan de imponer ideales no compartidos por la generalidad; pero los más merecedores de condolencia son aquellos que, sin mezclarse para nada en la contienda, sufrieron sus efectos en los descarrilamientos de trenes.
La condenación más execrable para quienes, con ceguera incomprensible en estos tiempos, proceden de esa suerte y causan esas víctimas, con cuya sangre se extiende más el espíritu de conservación de la sociedad y, por lo tanto, la repudiación de procedimientos salvajes puestos en práctica por los anarco sindicalistas.
No se comprende que aún haya quien intente, sembrando el duelo o produciendo la alarma, buscar adeptos o imponer sistemas; los tiempos son de discurso y de contraposición de doctrinas, triunfando siempre la más lógica, la más razonable.
Los que fueron a la revuelta sólo por espíritu de derribar lo estatuído para implantar lo que es repudiado, encontraron su merecido en la condenación general del país; pero no es bastante con eso: la sociedad necesitará tomar medidas de defensa contra esos seres extraviados que así llevan la muerte y la intranquilidad a las gentes.
En esta salvaje contienda que acabamos de presenciar estuvo el Gobierno a la altura de las circunstancias, pues atendió a remediar aquello que era necesario que se remediase y manejó los resortes del Poder con verdadera prudencia y eficacia, mereciendo el aplauso de todos.
Si en lugar de haber dado hombres prudentes, conocedores de la responsabilidad propia, hubieran sido impetuosos o venales, las víctimas que se producirían serían muchas más.
El gobierno, pues, estuvo a la necesaria altura y así vió que a su lado se han puesto cuantos elementos sanos constituyen la sociedad española.
Nuestra ciudad, como decimos antes, también sufrió las repercusiones de la violenta lucha anarcosindicalistas.
Comenzaron los guardias de arbitrios por abandonar sus puestos el domingo a primera hora, luego los camareros y el lunes ya no concurrieron los demás obreros.
En la noche del domingo, hubo una explosiones de petardos en la calle del Pejigo de Arriba y en el Matadero, que apenas causaron daños y en la del martes al miércoles, otra en el transformador de San Félix que tampoco hizo daños importantes.
Otros petardos colocados en los Brillares, en un hueco en la fachada del Seminario y en la vía férrea, en Cano, no hicieron explosión y fueron recogidos y llevados al cuartel de Artillería.
La plaza se vió regularmente surtida de todo y si se careció de algo ha sido de pan, pues, aunque algunos hornos cocieron, otros no lo han hecho, a pesar de las órdenes de la autoridad, siendo preciso traer pan de Vigo.
El comercio permaneció abierto todos estos días y los servicios de transportes se hiciero sin dificultad, pues aunque algunos intentaros que se paralizasen, no lo han logrado y la autoridad castigó, en este punto y hasta donde se conoció, las coacciones cometidas.
Las molestias, pues, que sufrió en este paro el vecindario, fueron menores que otras veces; pero, aún así, es lamentable que nuestros obreros hayan obedecido tan ciegamente las disparatadas órdenes de quienes las hayan dado.
Porque ¿qué han ido ganando con todos estos días sin jornal?
No abundan tanto las obras para que pueda pensarse que nuestros trabajadores tengan reservas con que poder sostenerse y además, ellos saben que estos estados de intranquilidad a quienes más perjudican es a las clases proletarias que es así como se retrae el capital y como no se emprenden obras.
Suponemos que el ayuntamiento tomará una determinación encaminada a evitar que aquellos servidores suyos, a las primeras indicaciones, sin siquiera discutirlas, abandonen sus puestos, causando una enorme perturbación en la hacienda municipal. No puede ser que los agentes de arbitrios haya de dejar o coger el servicio, cuando les venga en gana y sin incurrir en responsabilidad.
Bueno, excelente, es el espíritu de generosidad, pero hay circunstancias que deben sobreponerse a él, en la misma clase trabajadora.
La C.N.T. que decretara el movimiento, aconsejó ayer que se volviese a la normalidad pero aquí, antes aún de conocer el consejo, se decidió la reanudación del trabajo, porque a nadie convenía lo que se estaba haciendo.
El movimiento en Galicia
De toda la región las únicas ciudades donde el movimiento anarcosindicalista tuvo repercusiones fueron La Coruña, El Ferrol y Santiago.
Ni Vigo, ni Orense, ni Pontevedra, ni Lugo tuvieron huelga. Solo a última hora, y para protestar por una muerte allí registrada en Lugo, hubo allí paro.
Trances de mayor violencia tuvo La Coruña en donde hicieron explosión bombas y donde hubo algunas graves colisiones con desalmados, registrándose la muerte de un guardia de asalto que con otros había salido hacia Elviña a perseguir a los que robaron dinamita del depósito de las obras del ferrocarril Santiago – La Coruña.
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En nuestra ciudad la policía supo que al llegar un auto de Castromil el lunes a Santiago, ya dentro de la ciudad, unos jóvenes intentaron quemar el coche levantando el capot arrojándole una cerilla.
Consecuencia de este hecho fue la detención de un sujeto.
Los agentes de Vigilancia procedieron a la detención de José Arce Siaba, vecino de esta ciudad, supuesto autor de la colocación de la bomba en la Unión Regional de Derechas.
La policía detuvo al ferroviario de la Compañía del Norte, Eusebio Yáñez, que estaba reclamado por la Dirección general de Seguridad, como complicado en asuntos huelguísticos.
Les fue aplicado el artículo 41 de la Ley de Orden Público, que obliga a cambiar de residencia a una distancia no superior a 150 kilómetros a don José Ramallo Gómez, recaudador de cédulas personales, y a do Fernando Domínguez Caamaño, empleado del ayuntamiento.
Aprovechando la huelga de los guardias de arbitrios se pretendió la introducción de vino, siendo descubierto el “matute” por el inspector de arbitrios.
Se procedió a decomisar el vino introducido, resultando de la información practicada al efecto que uno de los industriales había sobornado a dos guardias municipales para que éstos facilitasen la introducción clandestina. Comprobado este extremo en el oportuno expediente, la alcaldía dispondrá el cese de los guardias municipales complicados en este asunto, así como pasar el tanto de culpa al Juzgado.
En la tarde del miércoles alguien colocó una bomba en la vía férrea cerca de Casal.
La descubrió un empleado de la vía y, con el auxilio de otros vecinos, la recogieron evitando que hiciese explosión al paso del tren correo, que debía ser el criminal propósito.
De las otras bombas, unas hicieron explosión y otras no, pero tampoco causaron más que alarma en el público.
Tales son los principales sucesos registrados estos días con motivo de esta huelga en La Coruña y en Santiago.
Tamén doutros xornais galegos tiramos referencia dos feitos en Compostela e outras zonas do sur e o oeste da provincia coruñesa. Así, no xornal coruñés El Ideal Gallego, atopamos as seguintes novas:
El Ideal Gallego (A Coruña) – 17 de decembro de 1933
Día 15: De Corcubión llegan siete presos.
Santiago
La noche del 10 al 11 fueron colocadas una bomba en el Matadero y dos en el muro que cierra la huerta del convento de la Merced. Produjeron pocos desperfectos.
El día 11, el comerció solo abrió la puertas.
Un grupo de revoltosos intentó quemar un auto de línea. La fuerza pública dió una carga y los dispersó.
En los Bancos y traída de aguas prestan servicio fuerzas militares.
El alcalde publica un bando en el que recomienda que a las siete de la tarde se cierren cafés y salones de espectáculos, así como los círculos de recreo.
La feria semanal del jueves se vió concurrida como de ordinario. El gobernador impuso una multa de dos mil pesetas a un tabernero de Sar que ocultaba a un significado elemento sindicalista, haciéndolo ingresar en la cárcel.
Por la noche de este día se dió por terminada la huelga general, reanudándose por la casi totalidad de los obreros el trabajo.
El Ideal Gallego (A Coruña) – 19 de diciembre de 1933
Vimianzo
Los días de la pasada revuelta anarcosindicalista han transcurrido aquí sin la menor novedad ni alteración de ningún género. Solamente se han notado sus efectos en la carencia de prensa (salvo algún periódico madrileño que venía por la línea de Curtis y Santiago y que además de la radio ha servido de única fuente de información), y en la paralización de la línea de autos que nos comunica diariamente con la capital de la provincia, uno de cuyo conductores se dice haber sido detenido por formar parte de la directiva de la C.N.T.
Noya
Con motivo de la huelga revolucionaria declarada en algunos puntos de España por los órganos extremistas, la Guardia civil adoptó enérgicas medidas encaminadas a hacer guardar el orden, quizá, se debiese a la actividad y celo desplegado por la Benemérida de puesto en nuestra villa, el que no se registrase ningún incidente. Sólo se declararon en huelga los obreros afectos a la C.N.T. que trabajan en las minas de San Finz (Lousame) pero al cabo de 24 horas se reanudaron los trabajos.
A través das novas recollidas polo xornal vigués El Pueblo Gallego, que sí seguiu sendo publicado malias a folga durante aquelas xornadas revolucionarias, coñecemos tamén os feitos acontecidos en Compostela:
El Pueblo Gallego (Vigo) – 13 de decembro de 1933
El movimiento sedicioso en Santiago
Diversos incidentes.- El mercado abastecido.- Detención del presunto autor de colocación de una bomba
Santiago.- En la noche del lunes hubo una falsa alarma en la administración de los coches Castromil, producida por el estampido de un petardo, de los que venden en los estancos.
El número de Guardias civiles concentrados en esta población es de sesenta, que prestan servicio de retenes en los lugares que se consideran más peligrosos en estos momentos, y por lo tanto los conventos.
También prestan servicio vigilando el tendido del alumbrado y ferrocarril.
Los huelguistas permiten esta vez la entrada de las lechreas, no registrándose coacciones. No estorban la entrada de campesinos con productos para el mercado y en la plaza de abastos se expende carne y artículos de primera necesidad.
La policía gubernativa puso a disposición del Juzgado a un vecino de la Algalia de Arriba, que con un grupo de desconocidos, pretendieron poner fuero a un coche de línea.
En el monte de la Almáciga, donde está el polvorín y el depósito de la traída de aguar, que son custodiadas por fuerzas de Artillería, un grupo de desconocidos agredió a la fuerza, entablándose un tiroteo y dándose después a la fuga.
En el Camino Nuevo, anteanoche, la fuerza pública se vió obligada a hacer fuego contra tres huelguistas. No hubo heridos.
Los agentes de Vigilancia procedieron ayer a la detención de José Arce Siaba, vecino de esta ciudad, supuesto autor de la colocación de la bomba en el domicilio regional de Derechas.
La policía detuvo al ferroviario de la Compañía del Norte, Eusebio Yáñez, que estaba reclamado por la Dirección general de Seguridad, como complicado en asuntos huelguísticos.
En el momento de telefonear llega de Pontevedra una sección de guardias de Asalto.
El Pueblo Gallego (Vigo) – 14 de decembro de 1933
EN SANTIAGO DE COMPOSTELA
Una bomba colocada en la vía ferroviaria que no explota a causa de la lluvia
Santiago.- El vigilante de inspección de Vías y Obras telefoneó al jefe de estación de Santiago que ayer mañana, sobre las 10’25 horas había descubierto una bomba en el kilómetro 4, hectómetro 5, lado izquierdo de la vía (tracto del recorrido Santiago Casal), todo lo cual comunicó dicho jefe a la Comisaría de Vigilancia, la que a su vez lo hizo al cuartel de la Guardia civil.
Una vez enterado el capitán de esta fuerza de tal hallazgo ordenó que una pareja al mando del subayudante don José Rey se trasladara a dicho punto para intervenir en las diligencias consiguientes.
La bomba que se componía de 25 cartuchos de dinamita fue colocada para que hiciera explosión al pasar el tren correo.
A causa de haberse mojado la mecha por efecto de la lluvia, pues mitad de la mecha estaba quemada, la explosión del artefacto no pudo llevarse a cabo, evitándose así, milagrosamente, una gran hecatombe.
El artefacto fue recogido por la referida pareja que con el correspondiente atestado lo entregó en el Juzgado de instrucción.
El juez ordenó que la bomba que pesa 2 kilos, fuera trasladada al Cuartel de Artillería, para su explosión.
En el lugar donde fue recogida la bomba quedó una pareja del referido cuerpo para efectos de vigilancia de posibles atentados y procurar dar con los autores del criminal atentado.
Recogida de un petardo.
Ayer mañana a las ocho, una pareja de Seguridad recogió en la calle de los Billares, un petardo sin explotar, que había sido colocado en una de las puertas del Seminario Conciliar de esta ciudad.
Detención de un ferroviario
Ingresó en la cárcel el capataz de Vías y Obras de los ferrocarriles del Oeste con residencia en el puente de la Rocha, llamado Eladio Yáñez Sanz, cuya detención fue verificada después de múltiples gestiones e incidencias por los agentes de Investigación, señores Santana Llopis y López Parapar, de la plantilla de esta localidad, en virtud de orden de la Dirección general de Seguridad, por haber recibido dicho detenido telegramas de distintas localidades relacionadas con la huelga.
El Pueblo Gallego (Vigo) – 15 de diciembre de 1933
SANTIAGO
Continúa la Huelga general.
Santiago.- Sin ningún incidente continuó ayer la huelga general.
El mercado estuvo abastecido, formándose largas colas para la adquisición del pan llegado de Vigo.
El alcalde conminó con la aplicación de la Ley de Orden público a los horneros locales que no elaboren pan a pesar de las gestiones realizadas con ellos.
Los bares, cafés y tabernas siguen cerrando a las siete de la tarde en cumplimiento del bando de la Alcaldía, siendo denunciadas a la misma las infracciones de esta medida.
Terminó la huelga en Santiago.
Santiago.- Ayer se celebró una reunión de representantes de todos los gremios de la localidad, acordando dar por terminada la huelga general.
Los guardias de arbitrios se reintegraron al trabajo y los panaderos se espera que lo hagan esta madrugada.
Un individuo arengó a un numeroso grupo de obreros en el Cantón del Toral, propugnando por la continuación de la huelga.
El incidente careció de importancia.
Hoy, viernes, se espera que toda la totalidad de los obreros se reintegren al trabajo.
Tamén no xornal de Ourense, Galicia, atopamos novas do acontecido en Compostela:
Galicia, diario de la mañana (Ourense) – 12 de diciembre de 1933
Desde Santiago
Se declaró la huelga general revolucionaria
(por teléfono)
Santiago.- A las doce de la noche del domingo, comenzó la huelga general revolucionaria acordada por la C.N.T.
La secundarios los guardias de arbitrios y camareros.
Escaseó el pan.
Los cafés y bares estuvieron servidos por sus dueños.
El gobernador publicó un enérgico bando.
A las seis de la tarde, de orden del señor alcalde, se ordenó el cierre de todos los establecimientos.
La fuerza presta servicio con tercerola y se concentró Guardia civil.
El domingo transcurrió tranquilo.
Circularon los automóviles.
Fuerzas el Ejército custodian la traída de aguas.
Últimos detalles de la huelga
Continuó hoy la huelga revolucionaria decretada por la C.N.T. Durante toda la noche patrullaron por las calles fuerzas del ejército.
A las doce y cuarto de la noche estallaron dos bombas con un intervalo de varios minutos, que habían sido colocadas en el muro de la huerta del Convento de las Mercedarias. Abrieron dos boquetes y produjeron la rotura de los cristales de las casas limítrofes. No hubo desgracias.
Poco después estalló otra de mayor potencia colocada debajo de una piedra en la tubería de la puerta del Matadero. Para colocarla, apagaron la luz que está en la puerta. No produjo más daños que la rotura de cristales de varias casas circundantes.
De mañana, un grupo intentó quemar un coche de Castromil que tomaba gasolina en la Avenida de la Libertad, pero la oportuna presencia de la fuerza de Seguridad, los dispersó, dando una carga. Se practicó una detención.
El comercio abrió todo con los cerrojos puestos. En el Banco, traída de aguas, central eléctrica y otros puntos prestan servicio fuerzas del Ejército. El marcado estuvo abastecido, excepto de pan. Los coches de línea circularon normalmente. El alcalde publicó un bando ordenando el cierre de todos los establecimientos desde las siete de la noche entre tanto dure la huelga. Hasta la hora en que telefoneamos no hubo otras noticias.









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