Dos últimos dous números (nº53 y 54) do semanario de información e pensamento anarquista La Campana, editado polo SUTSO da CGT de Pontevedra, recollemos co permiso do seu autor, as dúas entregas dedicadas á compañeira Sebastiana Vitales que escribe M. Genofonte baixo o epígrafe “Memoria Libertaria”.
Una mujer libre en A Coruña: Sebastiana Vitales / 1
Sebastiana Vitales (1902, Ansó – 2000, Venezuela)
La organización anarquista, “Mujeres libres”, fue en primera instancia una Revista (1936, aunque iniciada en 1935), enseguida un ronsel de agrupaciones locales extendidas por toda la España Republicana y, por último, una Federación Nacional de Mujeres Libres, que celebrará su primer Congreso en Valencia, en 1937. Esta organización anarquista llegó a tener cerca de 30.000 afiliadas, con incidencia especial en la región central castellana, Cataluña, Aragón, Valencia y Andalucía … y, en Galicia, en A Coruña (finales de 1935 – julio de 1936).
Durante el primer tercio del siglo XX, el anarquismo español hubo de realizar un gran esfuerzo por organizarse del mejor modo posible y afrontar la lucha social y revolucionaria. En este contexto la fundación de ‘Mujeres Libres’ en 1936 representó un hito importante en este empeño del movimiento anarquista ibérico. En primer lugar, al desafiar al propio movimiento libertario a cumplir su promesa, dictada en el Congreso anarquista de 1872 (“las mujeres deberían ser absolutamente iguales a los hombres en el hogar y en el centro de trabajo”). En segundo lugar, asumiendo la extraordinaria tarea de impulsar la liberación de las mujeres de la “triple esclavitud a la que habían sido sometidas: esclavitud de la ignorancia, esclavitud como mujeres y esclavitud como trabajadoras”. En tercer lugar, capacitar a las mujeres trabajadoras para que reclamasen por si mismas el lugar que les pertenecía, tanto dentro del propio movimiento revolucionario como en el de la nueva sociedad, comunista y libertaria, por la que batallaban, capacitándose en todos los ámbitos e incorporarándose, en condiciones de igualdad e idéntica responsabilidad, autónomamente y nunca de modo subordinado, a la lucha revolucionaria colectiva por la emancipación social.
En 1936, vivía en A Coruña la familia Sebastiana Vitales Gascón-Francisco Ballón Pequeño con sus dos hijas pequeñas. Sebastiana, de origen aragonés y Francisco, natural de Fisterra, se habían conocido en la emigración durante un baile organizado por la Asociación Naturista Hispana de San Francisco, California, y enseguida como participantes asiduos en las actividades de la colonia libertaria “Francisco Ferrer” de Stelton (Nueva Jersey), constituida en homenaje al pedagogo anarquista, fusilado en el cuartel barcelonés de Montjuich en 1909.
Durante más de diez años, entre 1921 y 1933, la pareja desarrolló en las diversas localidades de Estados Unidos en las que vivían, una importante actividad sindical y social, bajo el ideal compartido anarquista, hasta el momento en que, en 1933, decidieron regresar a España. Terminaron por establecerse definitivamente en A Coruña, en una casa en Rúa Orillamar, en el barrio de las Atochas, incorporándose, cada uno en su oficio, al pujante movimiento obrero y de lucha cultural y social de A Coruña de raíz libertaria.
Francisco ejerció de secretario del Sindicato de Peones de la CNT, para posteriormente cambiar de profesión, pasando a la sección de rederos del Sindicato de la Industria Pesquera, desempeñando la secretaría de la Federación Local de Grupos Anarquistas de A Coruña (FAI). se hizo socio del importante Centro de Estudios Sociales Germinal.
Por su parte, Sebastiana, también con experiencia sindical acumulada durante su etapa en la emigración, se integró en la CNT, destacando desde el primer momento como organizadora y oradora, por lo que con frecuencia era invitada a participar en los mítines obreros y conferencias en los ateneos y demás centros y agrupaciones libertarias, de la ciudad y comarca. además de colaborar en varias publicaciones libertarias y sindicalistas, como el semanario Solidaridad Obrera. A finales de 1935 fue elegida por sus compañeros para participar en la gira propagandística gallega de Federica Montseny.
En ese contexto militante, Sebastiana protagonizará en la ciudad la creación del grupo anarquista Vanguardia Femenina de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), germen de la futura sección coruñesa de “Mujeres Libres”, que a finales de 1935 o principios de 1936 se incorporará a la red de cordialidad “Mujeres Libres”, que en ese tiempo se iba construyendo por toda España. Pero esto, ya será materia de la próxima entrega genofontiana.
Una mujer libre en A Coruña: Sebastiana Vitales / y 2
En la hojita genofontiana de la semana pasada (La Campana, nº 53, del 2.12.2024), describíamos la llegada y asentamiento en A Coruña en los años 30 del pasado siglo, de los militantes anarquistas, Sebastiana Vitales Gascón y su marido, Francisco Ballón Pequeño.
Sebastiana y Francisco, ella natural de Ansó (Huesca) y él de Fisterra (Coruña) se habían conocido en la emigración en Estados Unidos, donde desarrollaron, entre 1920 y 1933, una importante actividad sindical y social, bajo el ideal compartido anarquista. Una vez en A Coruña, ambos se incorporaron al pujante movimiento obrero y de lucha cultural y social de A Coruña de raíz libertaria, como militantes de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y en la Federación Anarquista Ibérica (FAI).
Sebastiana, a la que pronto se la conocerá popularmente como Bastiana, protagonizará en A Coruña la creación del grupo anarquista Vanguardia Femenina de la Federación Anarquista Ibérica (FAI), germen de la futura sección coruñesa de la red de cordialidad “Mujeres Libres”, que a finales de 1935 y principios de 1936 se irá construyendo por toda España, llamando a la participación de las mujeres en la lucha social anárquica y revolucionaria, en completa igualdad y compromiso protagonista con sus compañeros.
En la primavera de 1936, la Federación Local Obrera de la CNT de A Coruña contaba con una afiliación femenina de entre 2000 a 2500 trabajadoras. Entre ellas, Sebastiana destacó desde el primer momento como organizadora y oradora, por lo que con frecuencia era invitada a participar en los mítines obreros y conferencias en los ateneos y locales de las agrupaciones libertarias de Galicia y CNT: A Coruña, Elviña-Coruña, Betanzos, Cabovilaño-Laracha, Irixoa, Sada, San Pedro de Nos, Vilagarcía, Viveiro …
Con la sublevación militar de julio de 1936 Francisco Ballón Pequeño, por sus antecedentes sindicalistas, fue detenido por los militares acusado de revolucionario y condenado a muerte en un consejo de guerra. Fue pasado por las armas en Punta Hermina el 14 de agosto, dejando dos pequeñas hijas huérfanas completamente desprotegidas, y a Sebastiana, su esposa en medio de un mundo envenenado.
Sin embargo, pese al cerco de vigilancia que le impuso desde el primer momento la policía franquista, Sebastiana no se arredró e hizo todo lo posible para ayudar a los compañeras huidos y necesitados de esconderse, poniéndose a disposición de las personas perseguidas, entre ellos a dos sindicalistas, Juan Díaz Lobelos, militante de la CNT y Justo Galán Barbero, de la UGT.
Bajo esta acusación fue detenida y encarcelada. Sus hijas quedaron desprotegidas, al sólo auxilio de la vecindad libertaria del barrio de Las Atochas.
Una vez excarcelada, siendo objeto constante de hostilidad por parte de la policía y los militares, hubo de vivir escondida, tratando de sobrevivir o en las más penosas condiciones para poder mantener a sus dos hijas. Sobrevivió haciendo estraperlo de pan blanco desde Sada en A Coruña y luego vendiendo fruta en las minas de wolframio de Augulada a Coristanco, para lo cual tenía que caminar 14 kilómetros con su hija Luz.
Pese a lo cruel de la situación, Bastiana se negó en todo momento a acomodarse o inclinar la cabeza ante los asesinos de su marido y de tantos y tantas de compañeras y compañeros sindicalistas y anarquistas. Así se mantuvo durante dieciocho larguísimos años, en los que nunca dejó de realizar visitas a los compañeros y compañeras sindicalistas y anarquistas presas, llevándoles la comida y tabaco que podía conseguir y ella también necesitaba.
En 1954 logró embarcarse con sus hijas, rumbo a América. Una vez en Venezuela, entró en contacto con los grupos de exiliados españoles, entre ellos, con el profesor de origen gallego, Ángel Rama, con los miembros del círculo anarquista de Tomás Germinal Gracia Ibars (el cronista e historiador del movimiento libertario, Víctor García) y con el grupo editor de la revista anarquista Ruta. Hasta que, en 2001, a la edad de 65 años, falleció la Mujer Libre, que siempre supo mantener su dignidad, sin que contra ella nada pudiese la infamia del fascismo, pese a su poder de matar, encarcelar y reprimir.











Unha resposta a “Sebastiana Vitales, unha muller libre na Coruña”
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